Historias del PDD V: Rafael Fraguas

Hoy podría hablar de muchas cosas en referencia a la jornada de ayer en el PDD pero voy a dedicar este post a un solo tema: Rafael Fraguas profesor de Toma de decisiones directivas. Ayer se despidió después de siete casos: Esasa, Eólica, Carrera, Sports 92, Escatsa, Technotronics y Typhoon. Me queda la esperanza que vuelva a darnos clase en la segunda parte del curso pero como no está confirmado aprovecho hoy para escribir este post.

Las sesiones empiezan siempre dando voz a los alumnos quiénes exponemos el problema desde nuestro punto de vista. No se descarta ni uno, todos los que se plantean son anotados en la pizarra. A partir de ahí, su enorme conocimiento y experiencia (no lo digo por la edad ;-)) permite que con simples preguntas nos vaya guiando para que seamos nosotros mismos los que nos vayamos auto corrigiendo (si toca, que a veces alguno acierta). Poco a poco van apareciendo (“por arte de magia”) los criterios de decisión verdaderamente relevantes a la hora de analizar las causas del problema del caso. Una vez has conseguido eso, formular las alternativas de solución es mucho más sencillo.

Esto que parece imposible, Rafael Fraguas lo consigue porque es como un mago que te sorprende con cada truco. Es capaz de sacar de su particular chistera un conejo detrás de otro. La diferencia con los prestidigitadores es que él lo hace sin trucos, sin trampa ni cartón, sino que a la vista de todos. Con una sencillez absoluta y una lógica aplastante te va mostrando el camino para entender y analizar el caso en cuestión. Es en ese momento que uno piensa ¿Cómo es posible que no lo haya visto antes?

Ésta es la grandeza de Rafael Fraguas y el PDD, porque uno acaba descubriendo que no hace falta ser un superdotado para poder resolver el problema sino que tenemos que ser capaces de analizarlo desde todos los puntos de vista posibles.

Justamente ayer, minutos antes de entrar, coincidí con él en el pasillo y mientras nos saludábamos, me preguntó “¿Qué tal?” con esa sonrisa suya un tanto pícara. Le respondí, medio resignado y con la confianza que se genera tras haber (intentado) discutir con él en clase sobre muchos y diversos temas que “de momento no he clavado ni un caso así que ¿a ver que pasa hoy?”. Al acabar ayer su sesión mencionaba nuestra conversación (sin citarme cosa que le agradezco ;-)) recordándonos que no teníamos que haber “resuelto los casos” sino que su objetivo era que fuésemos capaces ampliar nuestro enfoque a la hora enfrentarnos a los problemas: “la calidad de un directivo aumenta cuando podemos controlar más criterios distintos de forma simultánea para poder generar alternativas reales sobre juicios razonados”. Pues bien, aunque he acabado con un deshonroso 7 a 0, si que considero que cada vez que he empezado un nuevo caso he sido capaz de hacerlo con más calidad, de forma que los criterios analizados por mi han sido mayores y más relevantes. Así que

Muchas gracias Rafa y hasta la próxima.